¿Acaso todo apunta a ubicar finalmente a las personas en el centro de la gestión del talento?

Detrás de las regulaciones recientes, relacionadas con el entorno y las condiciones laborales, está la necesidad de lograr un mayor equilibro de vida y salud integral para las personas, y es que ya no es opción vivir de otro modo, ni es válida la creencia de que las personas pueden dejar en su casa sus emociones, su estado mental, físico y espiritual.

Eres un ser multidimensional, todo el tiempo, aún si no fueras consciente de ello.

El hecho de que la salud integral hoy sea un tema prioritario en las empresas podría ser un indicador de que nos hemos desviado del propósito de la gestión del talento, que es potenciar los dones naturales de las personas. Hacer esto genera armonía y bienestar, y es posible ubicando a la persona en el centro de la gestión.

¿En qué beneficia a las empresas, y a todos los involucrados, que las personas estén en el centro de la gestión?

Por ley natural, la persona ocupa un lugar central frente a todos los demás elementos que conforman la empresa, por ejemplo, los puestos de trabajo, los procesos, los indicadores, los resultados, las herramientas, las buenas prácticas, y así como estos. Respetando la naturaleza de las cosas es como se obtienen los mayores beneficios; la mejor versión, los resultados más abundantes y la mayor expansión; para las personas, y las organizaciones.

3 principios para centrar la gestión del talento en las personas:

  1. Tú, y tod@s, nacimos con un potencial por desarrollar ¡TOD@S!
  2. Desarrollar tu potencial es tu misión de vida. Los dones con los que fuiste provisto son únicos y tienen un propósito.
  3. Para desarrollar tu potencial, es necesario que amplíes la conciencia de ti mism@, que te permite identificar tus dones, así como la manera en que te relacionas con los demás y con tu entorno.

¿Cómo aplicar estos principios en la gestión del talento?

Expectativa vs realidad

Si desarrollar tu potencial es lo que permitirá que consigas tu mejor versión, y lograr tu mejor versión es lo que te permitirá vivir una vida exitosa y plena (en todo sentido, incluidas tus finanzas), ¿no es esto con lo que tú, tu pareja, tu familia y las empresas sueñan?

  1. Tú dices que sí, pero si lo que te ha movido hasta ahora es el ocupar una posición que te permita tener una reputación, jerarquía e ingreso determinado (y no te culpo, pues es lo que hemos aprendido a valorar como atractivo, deseable y casi obligado para considerarnos exitosos); entonces puede que te hayas desviado, o quizá no. Ese puede ser un camino idóneo para ti si te lleva a desarrollar tu potencial.
  • Tu pareja y tu familia dicen que sí, pero si lo que valoran e impulsan en ti es lo mismo que tú te has empeñado en lograr para tener éxito, puede que se estén sumando a esa confusión en la que muchos hemos caído.
  • La empresa en la que colaboras dice que sí, pero si su enfoque se basa en ajustar a las personas a puestos de trabajo (que muchas veces son cajones específicos y limitados) y en brindar un crecimiento basado en jerarquías, puede que el desarrollo requiera esfuerzos considerables y resultados poco satisfactorios.

Enfoque tradicional vs Enfoque centrado en la persona

¿Cómo basar la gestión del talento en el desarrollo del potencial humano, que equivale a poner a la persona en el centro de la gestión?

  1. Primero, reconocer el potencial. Muy probablemente es algo que ya haces en tu empresa.  ¿Qué podría estar faltando? Si ya identificas el potencial, puede que sigas administrando el talento con el enfoque tradicional que se explicó antes. De ahí que implica un gran esfuerzo encajar una cosa en la otra.
  2. El cambio que requieres es justamente poner a la persona en el centro, empezando por cuestionar la manera en que se han hecho las cosas hasta ahora:
ENFOQUE TRADICIONALENFOQUE CENTRADO EN LA PERSONA
Centrar la gestión en los puestos de trabajo (que es la definición de lo que la empresa necesita para realizar tareas clave y cumplir objetivos específicos que en conjunto le permiten llevar a cabo su propósito).  Centrar la gestión en el potencial humano (que es lo que permite a cada persona poner sus dones al servicio de su entorno profesional, para cumplir su propósito de vida, que en conjunto permiten llevar a cabo el propósito de la empresa)
Centrar la gestión en los procesos (que es el flujo que deben seguir esas tareas clave para lograr el propósito de la empresa de la mejor manera posible)Centrar la gestión en el valor que aportan las personas (significa que los procesos están al servicio de lo que disfrutan y mejor saben hacer las personas -sistematizando y automatizando lo más posible- para lograr el propósito de la empresa con el mayor valor y estado de flujo (gozo).

Cambio de enfoque en la práctica:

  1. Tu empresa tiene un propósito (que es necesario reconocer, más allá de lo que suele enmarcarse en la pared, porque todo lo que tu empresa hace debe estar alineado con su propósito). Por ejemplo, el propósito de Decires: “Ayudar a las personas a desarrollar su máximo potencial para que logren la expansión soñada en todos los ámbitos de su vida”
  2. Ese propósito existe para resolver una necesidad humana (aunque se trate de un producto industrial o un insumo para manufactura, al final, hay una necesidad humana).
  3. Para tu empresa es vital comprender (más allá de entender) esa necesidad de sus clientes.
  4. De esa comprensión surgen las soluciones que tu empresa brinda a sus clientes.
  5. Para brindar esas soluciones a sus clientes, tu empresa necesita personas alineadas con su propósito. La manera de saber si están alineadas es conociendo el propósito de las personas. Aunque no sea algo identificable fácilmente, se le puede reconocer por la historia de vida, o la suma de formaciones, experiencias, intereses y habilidades, y podría describirse con la frase “Lo suyo es…”. Por ejemplo, “Lo suyo es conceptualizar, estructurar, orientar, guiar…” o “Lo suyo es conectar, influir, involucrar…” o “Lo suyo es conectar y guiar con estructura…” o “Lo suyo es analizar, cuestionar, prever escenarios…” En la medida que la persona es consciente de sí misma, le resulta más fácil reconocer sus dones y su propósito.
  6. Tu empresa también necesita procesos que garanticen un servicio que logre el estado deseado de sus clientes. Es decir, conectar la necesidad de sus clientes con el valor que las personas pueden aportar. De ahí que sistematizar, automatizar e integrar tecnología es clave para que las personas se enfoquen en aportar lo suyo, y no en tareas secundarias.
  7. Imagina ese escenario en el que las personas reconocen el valor que pueden aportar con sus dones. Es un valor vinculado a las necesidades profundas de los clientes y se apoya de procesos centrados en conectar esa aportación con el dolor-deseo del cliente.

La triada de la gestión del talento

Resumiendo, para obtener los resultados más expansivos, para las personas y para tu empresa, la gestión del talento debe poner como prioridad a la persona y enfocarse en potenciar sus dones naturales, teniendo como faro, el propósito de la empresa.

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Un abrazo,

Equipo Decires